Aun cuando crea que no le gusta la música clásica, debería intentar escuchar dos de las obras más sublimes escritas en homenaje a un ser querido, para honrar su memoria y para rogar por su alma: dejamos aquí dos de los más hermosos Requiems jamás escritos, ambos dirigidos por Karajan.
El de Verdi, compuesto como en recuerdo a un querido y admirado amigo suyo. No puede perderse el comienzo del segundo movimiento, titulado "Dies Irae": no lo olvidará jamás.
El de Mozart, compuesto, cuenta la leyenda, para sí mismo. "Lacrimosa", la última parte del tercer movimiento, es muy probable que le haga llorar.